Soul - Recomendado por Anna Castillo

Desde que Pixar levantara sus paredes con el empuje de Steve Jobs en Toy Story, la compañía de animación por ordenador ha contado con dos tipos de públicos: los niños a los que entretener y los adultos a los que no perder. Tanto se han centrado en los segundos y en hacer películas interesantes para los mayores que han regalado a los padres (y a los que no lo son) algunos de los momentos más reflexivos y emocionantes del cine estadounidense reciente. Soul, disponible en Disney+, es otro salto mortal. Tanto, que a la actriz Anna Castillo le hizo plantearse cuestiones de “la filosofía y trascendencia vital” como “a que he venido a este mundo o cuál es mi función aquí”. Y, pese a ello, la película es capaz de “lograr que los niños empaticen, entiendan el mensaje y viajen con su historia”. Aunque ella, como adulta, también lloró “como una magdalena”.

La película ganadora a Mejor Película de Animación en los Oscar nos presenta a un profesor de instituto y pianista de jazz que lleva toda la vida esperando su oportunidad. Cosas del destino, el día que le toca acompañar a una cantante en un club neoyorquino, muere al caer por una alcantarilla. Soul empieza con la muerte de su protagonista, transportando a este personaje a una especie de limbo donde las almas esperan a que se les diga cuál es su pasión y cuál será el sentido de sus vidas. ¿Qué somos? ¿Nuestra personalidad está grabada en nosotros desde el nacimiento? Estas son algunas de las cuestiones que nos plantea la cinta.

“Es una peli preciosa, muy divertida, y habla de cosas que te vas preguntando a lo largo de la vida… preguntas existenciales en las que a veces te quedas estancado. Pero te da un repasito y te empuja a no estancarte: el sentido de la vida de verdad es vivir. Y, aunque nos lo repitan mucho, se nos olvida”, afirma Castillo, que asegura además que acabó haciendo las paces con ella misma tras ver la película de Pete Docter (jefe de Pixar y director de Up o Del revés) y Kemp Powers.

Otro elemento fundamental aquí es la música, un personaje más que te conecta a nivel sensorial con los sueños de Joy y su alma. La banda sonora se llevó también un Oscar por ese juego entre lo más onírico y orquestal de Trent Reznor y Atticus Ross (La red social) y el piano jazz de Jon Batiste, apto para todos los amantes de la música de Nueva Orleans.

Al final todo son elementos unidos para plantear una pregunta: ¿Qué nos hace felices? Castillo lo tiene claro: “Mi curro me hace feliz, pero quedarme en casa con mi gato y mi pizza, también lo disfruto mucho. Cuanto estás conectada como te enseña esta película, esa cosa tan chiquitita te hace feliz. Y eso es triunfar”.

Una lección sobre determinismo y la vida en la mediana edad no solo apta para niños. Otra película de Pixar con grandes preguntas en su centro.