Parliament - Recomendado por Elvira Lindo

La comedia política cuenta con una larga tradición en la cultura anglosajona. Tanto ingleses como estadounidenses han escrito grandes sátiras sobre sus sistemas políticos, desde clásicos como ‘Sí, ministro’ (la tienes disponible en Filmin) a éxitos recientes como ‘Veep’ (que puedes disfrutar en HBO España). Pero en la cultura europea continental se diría que no solemos meternos en comedia política. ‘Parliament’ viene a cubrir esta laguna. “Nos hacía falta”, afirma Elvira Lindo.

Si nos preguntaran cómo funciona el Parlamento Europeo, la mayoría de nosotros pondría cara de póquer. Las instituciones de Bruselas parecen muy lejanas, a pesar de que toman muchas decisiones que afectan a nuestras vidas de manera directa. ¿Cómo es el día a día en un lugar así? “Esta es una serie que se introduce en ese parlamento”.

El laberinto de la burocracia, las aburridas comisiones y subcomisiones, las pequeñas conspiraciones de pasillo para aprobar una votación… En este entramado complejísimo y absurdo entra Samy, recién nombrado asistente de un inútil eurodiputado francés. A través de su personaje, que debe resolver un asunto en una comisión de pesca, descubrimos un ecosistema político que habla en diversos idiomas y que está compuesto por múltiples nacionalidades. Todas ellas igualmente parodiadas en la serie. “Recibimos palos todos. Los españoles incluidos”.

‘Parliament’ describe a los cuadriculados alemanes, a los caóticos italianos o a los partidarios del Brexit, que se dan cuenta, consternados, de que, al haber ganado el referéndum, van a perder su trabajo. La serie “tiene algo de ridiculización”, pero también de retrato del funcionamiento de las instituciones democráticas, en las que es imprescindible llegar a compromisos con quienes no piensan como tú.

Por supuesto, sus diez episodios beben de clásicos del humor político, pero también “se emparenta con series como ‘Seinfeld’ (disponible en Prime Video), donde muy pocos personajes están interactuando todo el tiempo”.  El pequeño microcosmos de Samy, que frecuenta al alemán Torsten, a la británica Rose o al enigmático Eamon, se convierte en un grupo divertidísimo de cínicos que nos da una visión de la política llena de acidez y sarcasmo.

Una buena manera de hacer que, por fin, la política comunitaria tenga algo de divertido.