La Clase - Recomendado por Quim Gutiérrez

¿La educación nos salva? ¿Sirve de verdad para mejorar el mundo? El cine se ha metido muchas veces en los colegios para intentar responder a estas preguntar y para contarnos los conflictos del sistema educativo. Desde ‘Rebelión en las Aulas’ (un clásico que puedes ver en Filmin) a ‘La Ola’ (la tienes en Prime Video), muchas películas han explorado la capacidad de la educación para cambiar a los jóvenes y, con ellos, el mundo. Con este mismo espíritu se mueve ‘La Clase’, una película francesa sobre los alumnos de un barrio marginal que ganó la Palma de Oro en Cannes y fue también nominada al Oscar a mejor películas extranjera.

Para abordar un tema tan pegado a la vida cotidiana, la película apuesta por un realismo absoluto. “¿Es qué es? ¿Esto que estoy viendo es ficción?”, se preguntaba con sinceridad Quim Gutiérrez mientras empezaba a verla. Y es que la dirección de Laurent Cantet rezuma verdad y para ello optó por una decisión polémica y sorprendente en su momento: apostar por jóvenes, y no actores profesionales, para imprimir una autenticidad que muchas veces golpea al espectador: “tienes la impresión de que estás en esa clase, donde nada está forzado”, razona Quim.

Un instituto de un barrio complejo a las afueras de una gran ciudad. La dificultad de enseñar a jóvenes con realidades familiares que son auténticos dramas. La violencia como medio de expresión. La frustración del profesorado. Miradas todas ellas que sacudieron a la sociedad francesa en el momento de su estreno. El filme despertó un debate nacional sobre qué estaba ocurriendo en las aulas del país galo.

En esa apuesta por el realismo, ‘La Clase’ no plantea dilemas fáciles ni soluciones sencillas a los graves problemas que retrata. “Hay un montón de preguntas políticamente incorrectas”, dice Quim. ¿Debemos dejar que algunos se pierdan, darlos por imposibles, para que no lastren al resto, a los que sí tienen interés? ¿Sirve de algo castigar a alguien que vive en una situación en su casa peor que en el colegio? Todo se mueve en un terreno poblado de grises, donde no existen las verdades absolutas. “Lo que me interesa es la dificultad para identificar quiénes son los buenos y los malos”, añade.

Una película sobre el poder de la educación. Que retrata sus dificultades, sin adornos, pero que, a pesar de su crudeza, como subraya Quim Gutiérrez, “no pierde la esperanza”.