Call me by your name - Recomendado por Najwa Nimri

El amor de verano es un icono con el que el cine ha jugado una y otra vez. La mirada más fugaz y pasional a un romance cuya fecha final está dictada de antemano. Un amor de cuenta atrás. Y si todo sucede en un ídilica villa italiana, la inmersión en el puro romanticismo puede convertirse en algo glorioso. ‘Call me by your name’, que puedes recuperar en Starzplay, llegó en 2017 para explorar de nuevo esta idea otras veces vista. La diferencia es que ahora llegaba desde la particular visión del director Luca Guadagnino. Su personalidad hizo que este romance entre dos hombres en 1983 convirtiera a Elio y Oliver en una pareja de culto, héroes románticos y dramáticos, casi de la noche a la mañana.

“Es ver un verano en la Toscana y es inevitable caer rendido ante esa luz, el mar, el pan recién hecho y las casas… Hay una manera de retratar y una belleza única”, apunta la actriz Najwa Nimri sobre esta historia de amor imposible y sensual que une a un joven inexperto de 17 años con un adulto, dos personas que llegan de dos mundos opuestos, tanto geográfica como socialmente. “Tienen esa libertad donde pueden amarse durante todo un verano. Pero la diferencia de edad me hacer tener dudas viéndola”, plantea Nimri.

Si bien las escenas de desnudos que sí aparecían en el libro y el guion de James Ivory (que ganó un Oscar por la adaptación) quedan fuera del metraje, la película hace reflexionar sobre los propios tabúes con el sexo en la pantalla y la permisividad de los padres del joven protagonista: “Aceptan la relación entre un joven y un adulto, desde la naturalidad. A mí me parece impensable. Pero hay algo en la película que me engatusa, la relación romántica es embriagadora, pero los padres me echan para atrás. Quizá sea una tara mía o de mi generación frente al sexo”, apunta.

Un argumento que se vuelve clave en el último y devastador monólogo del padre de Elio (Timothée Chalamet, actor de moda y nominado al Oscar por esta cinta), interpretado por Michael Stuhlbarg, que deja entrever que él también ha pasado toda su vida en el armario. Porque es un fimle que juega con esos silencios.

Al final, cualquier aspecto polémico de la película queda tamizado por la estética y desinhibida mirada de Guadgnino, sobre todo en escenas ya icónicas como en el juego del melocotón. “Italia es la gran cuna de cine y directores. Y con él has películas como ‘Suspiria’, toda una golosina. Siempre hay algo divertido de ver, un lío o una tensión sexual no resulta que se mezcla con algo más osucro. Esta es la que tiene más claridad”.

Un amor de verano que ya es historia del cine.